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lunes, 14 de diciembre de 2015

Estrategias para escuchar con comprensión en el salón de clases


Si eres un estudiante de nivel intermedio a superior, incluyendo la universidad, probablemente pasas 15+ horas semanales escuchando a tus maestros o profesores. La mayoría de las lecciones en los salones de clases son en forma de lectura, en otras palabras, el maestro o profesor habla… y habla… y habla… y los estudiantes escuchan. Fíjate que escuchar no es lo mismo que oír; los sonidos y los ruidos se oyen, pero solo cuando procesamos y nos esforzamos por entender la información, estamos escuchando. Si las palabras de tu maestro o profesor te suenan a  “blah, blah, blah…” seguramente estás oyendo, pero no estás escuchando. Escuchar con comprensión es fundamental para tener éxito en la escuela; solo escuchando con intención y propósito se puede comprender. ¿Cómo puedes mejorar tu habilidad para escuchar el material académico? Aquí hay algunas sugerencias:
  1. Enfoca en el contenido, no en la presentación. Si notaste todas las veces que el maestro se quitó y se volvió a poner sus espejuelos mientras hablaba, estabas distraído. Para enfocar en el contenido de la lección, pregunta mentalmente, “¿De qué se trata esta lección?” o “¿Cuál es el mensaje?”. Esto nos lleva a la segunda sugerencia:
  2. Mantén tu mente activa haciendo preguntas mentales. Estas son algunas preguntas que te puedes hacer mientras el maestro o profesor está hablando para mantener tu mente alerta, para tomar notas y para monitorear tu comprensión: “¿De qué está hablando el profesor?”, “¿Cuál es su punto principal, o su principal argumento?”, “¿Cómo esta información compara (se parece) con lo que ya conozco?”, “¿Cómo esta información contrasta (contradice o niega) lo que ya he escuchado?” y “¿Cómo está el profesor organizando esta información?”. Ejemplos: el profesor está haciendo comparaciones, está presentando causa(s) y efectos, o el profesor está haciendo una cronología (por orden y fechas).
  3. Piensa acerca de lo que acabas de escuchar. Repítelo como un eco en tu mente (“El profesor acaba de decir…”). También trata de anticipar lo que el maestro va a decir para que mantengas tu pensamiento en la lección y no te distraigas de nuevo hacia los espejuelos del profesor.
  4. Piensa en las palabras o frases claves de la lección y apúntalas en tus notas. Por ejemplo, en tus notas, escribes: punto de congelación = 32 grados.
  5. Presta atención a las palabras o frases transitorias o de transición. Las palabras o frases de transición te dan una pista de que el mensaje va a cambiar de alguna manera; por ejemplo, el profesor está citando beneficios y de repente empieza a hablar de desventajas. Cuando escuchas palabras o frases transitorias como, “pero…”, “no obstante…”, “sin embargo…”, etcétera,  ya sabes que la información va a cambiar.
  6. Evalúa el mensaje. Una de las mejores preguntas que te puedes hacer para escuchar con comprensión es, “¿Esto hace sentido?”. Por ejemplo, pregunta, “¿Cómo es posible que no haya dos cebras con el mismo patrón de rayas? Yo sé que las huellas dactilares son diferentes en cada persona, así que, esta información es creíble”.

Lo importante es que reconozcas que escuchar nunca es un acto pasivo. Tú tienes que concentrarte en lo que se dice para que puedas procesar la información y resumirla en tus notas.

 

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Educación > Autoayuda > Disciplina > Emociones del niño

Atención maestro: ¿Necesitas un modelo en educación emocional para implementarlo en el aula? Entonces, echa un vistazo a este innovador recurso:

 

RET

La fórmula para educar niños emocionalmente inteligentes

Una guía psicoeducativa para padres y maestros

 

Sinopsis:

Un informativo viaje dentro del fascinante mundo emocional del niño para entender los pensamientos y sentimientos que, de manera negativa o positiva, influencian su comportamiento. Aplicando los principios RET (pienso — siento — actúo), nuestros niños aprenden a superar los retos de sus situaciones personales difíciles, manejando mejor su mundo emocional.

Descripción larga:

«RET: La fórmula para educar niños emocionalmente inteligentes» de Carmen Y. Reyes es una innovadora guía psicoeducativa para padres, maestros y otros profesionales al servicio de los niños. Por décadas, los maestros y personal auxiliar sirviendo a niños con necesidades especiales han usado intervenciones cognitivas-emotivas para ayudar a niños crónicamente disruptivos, en particular, niños con problemas de coraje recurrente y niños agresivos. Siguiendo un sistema de regulación emocional conocido como «Modelo ABC de las Emociones», los niños estresados aprenden cómo su conducta agitada en el punto C (la consecuencia) no es una reacción a lo que les pasó en el punto A (el antecedente), sino una reacción a lo que ocurrió en el punto B (el punto de sus creencias o beliefs en inglés); o lo que es lo mismo, la conducta alborotada del niño en C es una reacción a B; o sea, una respuesta a su creencia o a lo que el niño está pensando y creyendo sobre lo que le pasó. Más específicamente, los sentimientos de coraje del niño y sus conductas agresivas son consecuencia directa de ambos: (a) sus pensamientos negativos acerca de lo que le pasó y (b) su habla privada o personal negativa (las cosas negativas y pesimistas que el niño se está diciendo a sí mismo). Influenciándose mutuamente, los pensamientos negativos y su habla privada pesimista son creados y repetidos hasta la saciedad en la mente del niño en su punto emocional B, o en el nivel de sus creencias. Central a la filosofía RET está la premisa de que las cosas que nos pasan (los eventos) no son ni buenos ni malos; ni positivos ni negativos. Por lo tanto, los eventos no nos influencian; tampoco determinan nuestra conducta o las cosas que hacemos. Lo que verdaderamente nos influencia a comportarnos como lo hacemos es nuestra percepción e interpretación personal de A (del evento). Por ejemplo, al percibir el evento como «horrible y espantoso; una pesadilla», el niño «le pega una etiqueta negativa» a ese evento (el evento fue «humillante» para el niño), y entonces, el niño reacciona a su etiqueta (humillado y en actitud vengativa), en lugar de responder objetivamente al evento actual. Si pensamos esto más detenidamente, podemos darnos cuenta de que en esta premisa RET existe una poderosa idea: Nuestras emociones, positivas y negativas, no ramifican de nuestro medioambiente o de las cosas que nos pasan, sino de lo que pensamos y creemos acerca de las cosas que nos pasan. Esto conduce directamente a un segundo postulado, quizás más empoderante que el anterior: Todos tenemos un alto grado de control sobre la manera en que nos comportamos y sobre nuestra conducta en general. Si no nos gusta la forma en que nos estamos sintiendo (o comportando) en relación a un evento, todo lo que tenemos que hacer es cambiar la manera en que estamos pensando en relación a ese evento. En esta informativa guía en educación emocional, la autora detalla el procedimiento RET para niños, presentando intervenciones especialmente diseñadas para ayudar a los niños a tomar el mando de sus sentimientos, lo cual, por extensión, los ayuda a asumir sus responsabilidades personales y a reclamar el control sobre su propia conducta. El modelo RET y sus procedimientos son apropiados para manejar niños con problemas de coraje, con déficits en destrezas sociales/pobres interacciones, o simplemente para ayudar a niños con conductas típicas, pero que están batallando contra las preocupaciones y pesares inherentes a su crecimiento mental y emocional.

Tópicos desarrollados en esta guía:

Autocontrol

Autodisciplina

Autoeficacia

Autoestima del niño

Autoimagen del niño

Autonomía y responsabilidad

Pesimismo/Optimismo

Dando apoyo emocional al niño

Niños estresados

Manejo del coraje

Conducta del niño

Emociones del niño  

Inteligencia emocional

Pensamiento y razonamiento crítico

 

6x9/122 págs

En formatos impreso y digital

8.00 Edición Digital/16.00 Edición Impresa (USD)

7.20 Edición Digital/14.40 Edición impresa (Euros)

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